¿Por qué usted… ?

Se me acercó un chavalo, en el parquecito del río, y me preguntó sobre por qué suelo tener la manía de sentarme siempre bajo los árboles de eucalipto a escribir en un cuadernillo.

No oculto que la mayoría de veces lo hago porque te añoro, Míriam. Pero he llegado a la conclusión que la partícula elemental de mis poemas es quizás porque Dios quiere un guerrillero más en sus filas contra la idiotez del capital.