Revolución, ¡Qué palabra más hermosa!
pero más que una bella palabra
es el accionar de cada ser humano
en la búsqueda de una mejor transformación.
Pero también es la identificación de nuestra especie,
el motor que nos permite ser auténticos,
la respuesta a nuestros temores,
verbo de la palabra más fraterna: amor.
¿Es que acaso revolución equivale a amor?
Yo creo que sí
El amor es la lucha por un universo mejor,
cosa que la revolución dice ¡presente!
El amor es una ley universal, ¡REVOLUCIONARIA!
Al igual que la energía y la materia,
el amor se manifiesta de diferentes maneras.
Puede ser de este mundo o de otros,
como la revolución de amor y vida
que ocurre ahora en otras partes de la galaxia.
La revolución es la máxima expresión de calor,
el mismo calor que genera el amor entre la humanidad.
No hay mayor regalo que la vida misma,
ese nacimiento producto de la revolución
de aquellos átomos primitivos rebeldes.
Bella es la juventud.
Ver aquellos muchachos sentados a orillas del Cocibolca,
expresando el amor más puro en un beso,
regalándonos una lección pura de revolución.
Cuando pienso en ti, mi amada flor,
me evocan los sentimientos más puros de libertad,
esa revolución que deseo ver florecer
en el patio de mi hogar llamado Tierra.
Y que ese jardín se expanda más allá de las fronteras del mal;
que surja siempre la esperanza en cada rincón del mar cósmico,
y contagie a otras civilizaciones hermanas
donde nos observan como una pequeña estrella
en medio de la noche interestelar.
Somos revolucionarios desde el comienzo,
venimos del triunfo de la evolución.
Somos revolucionarios
porque estamos hechos de células unidas por amor,
por esa misma revolución que le canta a vida.
¡Qué lindo es ser revolucionario!
¡Qué lindo es vivir para amar!
Revolución, amor, calor;
leyes primordiales en cualquier rincón.