Hombre. Especie humana encarnada en un molde de materia interestelar. No se me viene a la mente un mejor descubrimiento hecho por este que la mismísima curiosidad. Esta es la chispa o la antesala a cualquiera de los otros inventos que ha creado nuestra especie sobre la faz de este planeta. Pero la curiosidad no es privativa de unos pocos, es pública y de acceso universal a otras formas de vida. La curiosidad y el descubrimiento articulan la inteligencia dotada por nuestro dios universal. Aún así, ¿crees en verdad que estamos de pie por cuestión del azar? ¡JAMÁS!
-No en realidad. Aunque algunos individuos aparentan pensar así…- el diablillo algo impaciente por la conversación.
Muchas veces me he preguntado sobre el papel que ejercen otras personas distintas a mí. Me abrumo al ver tanto desprecio en sus vidas. Y es que aunque todos tengamos variantes en nuestros genes, existe sin lugar de dudas una serie de mandatos que debemos efectuar en nombre de la especie humana, cómo dignos terrícolas.
La inteligencia que nos ha dotado el Universo es suficiente para ejercer cambios monumentales. Si algunas pocas cabezas gobiernan la sociedad global a su antojo con leyes, decretos y normas de mierda, creo que la mayoría de mentes podemos provocar un boicot existencial en este pequeño punto universal.
-¿Y cómo pretendes que el miserable ser humano logre una hazaña de esas magnitudes?-
Libres de prejuicios; mentes libres con el anhelo de recibir la divina unción del conocimiento universal escondida en nosotros mismos. La trascendencia comienza por el derribo o la renuncia permanente de los obstáculos mundanos [muerte a los estereotipos, al consumo compulsivo, al individualismo, al extremismo nacionalista, entre otros] seguido por la aceptación del Universo como única fuente de vida.
Realizando estos primeros pasos de la iluminación universal, no habrá ningún hijo de puta “dueño del mundo” que podrá amedrentar a toda una mancha humana unida por el amor-calor-energía. Los poderes económicos sucumbirán debido a su ridículo sistema de intercambio. No habrá muros [¿varios Trump?] que nos prohíba el tránsito por donde queramos reposar. El mundo fue hecho para compartirlo, no para segmentarlo en porciones idealizadas con falsas leyendas.
Sublevaciones de vida aquí y en otros puntos del Universo, conformando así la mayor de las revoluciones hechas en todo el Cosmos. El ser humano será libre cuando deje de pensar que estamos bajo el yugo de lo que ejecute el dictador. No, así no es. Cada uno de nosotros es dios y dios se compone por cada uno de nosotros. Somos parte de su existencia en su dimensión desconocida, y para nosotros, sin su dosis de energía y materia no seríamos lo que somos. La evolución no ha terminado su recorrido, es en este punto del recorrido del tren de la espiral evolutiva donde el H. sapiens sapiens debe resucitar la Pineal del sueño momentáneo en el que fue sumergida a raíz de nuestras pobres intenciones de la actualidad.
Mirá diablo, te lo resumo de la siguiente manera. Si nos quedamos sumisos estamos no sólo negando nuestro pasado humano y su cosmovisión en general, sino que estamos suprimiendo la alegría de saber quiénes somos realmente y cuál es nuestra función en estas coordenadas cósmicas. No hay mayor satisfacción que vivir conociendo el objetivo de nuestras pisadas en esta tierra y disfrutar el lindo momento de nuestro abrir y cerrar de ojos.
-No creo que sea necesario seguir interrogando tu supuesto pensamiento metafísico. La verdad me aburre tu confusa cosmovisión; pero en fin, «suerte» en tu máxima aventura por cumplir tu utopía. Por cierto, ¿de dónde te aprendiste este sermón?- dijo el diablillo en son burlesco y dejando la conversación.
No es ningún sermón; me lo contó el amor.