Es en las olas donde se dibuja la fuerza de tu mirada. En la arena vuelvo a sentir la estela de tu piel sobre la mía. Es bajo el bosque donde revivo tus abrazos salvajes en cariño. En cada atardecer sueño con nuestro destino, cayendo uno junto al otro detrás del horizonte, hasta el infinito. Fue en los dominios del mar donde sembré mi humilde amor por vos, Beatriz Estefanía. Fue en el arrullo del océano donde guardé para siempre tu recuerdo puro y alegre.